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viernes, 21 de noviembre de 2014

EL PEOR MONOPOLIO EN VENEZUELA... "ES OFICIAL"



Defendamos a Cojedes [Sábado: 22/11/2014]
EN ECONOMÍA DE GUERRA… “NO HAY MONOPOLIO
Saludos amigos(as) lectores “Defensores de la sinceridad”, con exigencia oportuna frente a los actores políticos de las elevadas esferas del poder político nacional [léase: altos funcionarios del Gabinete Ejecutivo, así como Legisladores y Magistrados, más aún, los “Protectores” el Poder Moral], quienes son responsables y están obligados a sentar precedentes positivos en favor de proteger al ciudadano común y resguardar los derechos o garantías de su núcleo familiar. En principio, la sensatez del poder político debe “darle un parao” a las injusticias por uso abusivo de autoridad (arbitrariedad) y el uso indebido de los recursos del Estado (corrupción).
La sabiduría del gobierno debería mostrarse en reconocer y rectificar los errores que han traído el caos económico. La cordura de los líderes oficialistas debe permitirles “tomar el toro por los cachos” en vez de “torear los problemas echándole el muerto a los demás”. Es decir, los representantes del gobierno deben reflexionar y abandonar “la maña del Avestruz” y esas indolentes “posturas de vista gorda” ante las penurias de la población. En fin, ha de reconocer y llamar a La Crisis por su nombre,  desterrando ese dañoso “populismo barato aliñado con demagogia pura” que esquiva, posterga o ignora la calamidad del pobre…   que hoy por hoy, “le tiene el estomago pegáo del espinazo al pueblo ingenuo que creyó en aquella coba del socialismo del siglo 21.
El Gobierno “está cosechando lo que ha ido sembrando” como política económica. Es fácil recordar la historia reciente de las arbitrarias ocupaciones, confiscaciones, decomisos y expropiaciones de medios de producción de materia prima;  las estatizaciones de fábricas, industrias y otras plantas de transformación de bienes de consumo y materiales de construcción; las intervenciones de cadenas de supermercados y agro-tiendas; cierre operativo de ensambladoras de  vehículos y equipos especializados; asfixia fiscal de empresas, negocios y sociedades mercantiles nacionales y extranjeras;  recurrente manejo populista de recursos financieros (créditos “regalaos”, subvenciones “a la desidia”, donaciones “a países amigos”, ventas “al fiado”, préstamo “dados de buena fe”,  deuda “hipotecando el patrimonio”, convenios de intercambio “petróleo por baratijas” y compra de afectos “a punta de chequera”).  Ahora bien, el régimen llamó a su propia torpeza de abandono de la producción nacional como “GUERRA ECONÓMICA”, pretendiendo ocultar la aguda crisis que tiene al pueblo sufriendo una “ECONOMÍA DE GUERRA” 
La jefatura nacional “no le queda otra” que seguir “escurriendo el bulto” culpando a otro de sus propias incompetencias y decisiones desacertadas, que en 15 años ha sido la estrategia oficial. Hoy por hoy, con la caída de los precios del petróleo, la súper-devaluación de la moneda, la falla de los controles, la descomunal corrupción, el alto gasto estatal, la ineficiente gestión pública y la escasez de alimento lo ponen al descubierto en sus falsas excusas, mostrándolo “acorralado en sus patrañas” por no tener argumentos que expliquen la aceleración de la inflación “que nos tiene raquíticos”. Por ello,  el Gobierno – como nuevo artilugio- ha desempolvado un viejo mito, según el cual la inflación obedece a la estructura monopólica de la economía venezolana, recurso al cual se apela cuando se quiere encubrir sus causas monetarias y fiscales. Por eso se recurre ahora, echarle la culpa del desastre económico a los MONOPOLIOS, por eso lo de la “Ley Antimonopolio¡Otro nuevo cuento chino!... Pero ¿Qué y cuáles son esos monopolios en Venezuela?
En forma ilustrativa recordemos que un monopolio es un privilegio legal o fallo de mercado, en el cual existe un productor con un gran poder de mercado y es el único en una industria dada que posee un producto, bien, recurso o servicio determinado y diferenciado. Para que exista un monopolio, es necesario que en dicho mercado no existan productos sustitutos, es decir, no existe ningún otro bien que pueda reemplazar el producto determinado y, por lo tanto, es la única alternativa que tiene el consumidor para comprar. En Venezuela, entre la lista de monopolios del Estado, figuran: el hierro, siderúrgica, gas natural, petróleo, petroquímica, puertos, minería, asfalto, telecomunicaciones, comercialización de divisas, electricidad, acero, aluminio, cemento, expendio de gasolina, importación de materias primera del sector agrícola, producción y distribución de cabillas, fabricación de fertilizantes, explotación de oro, así como los medios de comunicación audiovisual porque son asignados mediante una concesión temporal.
En resumen, el viejo adagio dice: “La Ley entra por casa”, el Gobierno debe “Tomarse un antídoto de Ley”, ya que en su poder tiene capital monopolista por bojote”, usufructuados despóticamente tras esos bienes industriales “estratégicos”, como se remacha en el análisis. En fin, se viene estructurando en el país un “Capitalismo Monopolista de Estado”, “camuflado” bajo el eufemismo  “Socialismo Bolivariano” que en sus 15 primaveras no le garantiza al pueblo contar con alimentos suficientes para “meter los pies bajo la mesa 3 veces al día”.
Autor. Larris Eduardo Silva Lara: [Ing. Agrónomo. Lido. (Esp.) Educación Técnica. Tasador Profesional. Consultor Ambiental].
E-mail: larris_silva@hormail.com. Twitter: @larris_silva. Blog: http://larrissilva.blogspot.com

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