Defendamos a Cojedes.
Saludos fraternos amigos(as), “Defensores de la Universidad que siembra”,
orgullosamente llamada el “Alma Mater del
Llano”, agradezco ¡de verdad!
esos sanos comentarios enviados, recomendándome persistir con el enfoque
crítico fundamentado, que ha caracterizado a esta columna, con precisa visión hermenéutica a esa profusa
problemática social que lamentablemente afecta a todos los que habitamos en el
territorio cojedeño. Es cierto, no más axiomas efímeros de una realidad “que nos puya la parapara del ojo”, es
bueno recibir esa apreciación acuciosa de quienes son los receptores de tan
necesaria opinión pública, de un notorio
medio escrito como “Las Noticias de
Cojedes”. En este sentido, es preciso traer a la palestra la situación decadente
que viene presentando La
UNELLEZ , como institución educativa a nivel superior, tornándola
desmejorada en el paulatino transcurrir del tiempo, condición patentizada por el “palpable”
e insólito cambio de filosofía institucional que la “vio nacer”; por la visible “mengua”
de su otrora pertinencia socio-laboral que recibían sus profesionales; por la
evidente “merma” de la capacidad
formativa (calidad) del servicio educativo. Además, por el indudable
desestímulo “que encarnan” sus “funciones vitales”, tanto de docencia, investigación y de extensión.
Recuerdo como si fuera ayer, caracha… “Por
allá, a finales del año 1975, Los Llanos Occidentales concibieron “en su vientre” una nueva idea universitaria,
sus padres pensaron bautizarla aludiendo su estirpe “Rural” y aptitud
“Agraria”, manteniendo de añadidura el epónimo de “Zamora”. Nace pues en enero
del 77, La Unellez , apadrinada por ilustres profesionales
oriundos de distintas partes del país, capitaneados por el Dr. Gómez Álvarez, su primer gerente, cargándole el rol sublime de
generar “la semilla” para impulsar el
desarrollo agropecuario de cuatro estados llaneros, por ello su
eslogan…”La Universidad que siembra”. Su concepción estructural la asemeja con un ente orgánico dotado de un “núcleo encefálico” (Rectorado) y cuatro apéndices
disciplinadas a él, pero con “músculo
propio” para hacer más eficiente y fructífero su trabajo corporal … “cual brazo diestro, que al paso del tiempo,
robustece sus fibras en cabal ejercicio de los impulsos cerebrales que condicionan su movimiento, perfeccionando
su función”
El mes pasado se cumplieron 37 años del
inicio de actividades de aula en la
Unellez , “han pasado
varias lunas”, como dice el llanero. Tiempo más que suficiente para formar
“brazos fuertes, diestros y callosos”
en cada ramificación Unellista, garantizando en cada localidad aquel anhelado “empujón”
al desarrollo rural para el cual nació. Sin embargo, al parecer, casi 4 décadas
no han sido suficientes para perfeccionar a esta institución que “nació caminado, con los ojos abiertos y
conociendo el rumbo a seguir”. Es más, la preocupación de todos sus
dolientes, por lo menos en Cojedes, estribaría en responder al ¿Por qué?, la Unellez se torna agobiada por calamidades que la postran, la entumecen y
la desorientan en su accionar orgánico para llevar a cabo su cometido como centro
de altos estudios. No obstante, responder también al ¿Cómo? Se puede ayudar
para “sacarla del coma institucional”
que la mantiene en estado de “latencia inducida”, con una delicada “degeneración de su masa muscular” que le reprime peligrosamente el cumplimiento pleno de su ejercicio didáctico,
investigativo y consultivo de la colectividad.
En resumen de esta primera parte, hay que
aclarar que no es fácil hacer críticas de “tú
propia familia universitaria”, es como “de
la mama de uno, siempre se debe hablar bien”, hay que hacerlo con mucho tacto y
consideración, resaltando las virtudes por encima de los posibles desperfectos
y frente a los problemas que se consigan no perseguir a los culpables, sino
buscar las soluciones. Como cojedeño Unellista 100%, ¡me
molesta en sobremanera!, lo que perturbe la institucionalidad de nuestra
Alma Mater, en especial lo que afecte al Estudiante como Centro de Aprendizaje, como
“semilla”, en combinación armónica
con el Facilitador de las experiencias de enseñanza, sin menospreciar el
indispensable papel del personal administrativo y obrero. En fin, con el
desarrollo de este tópico deseo que todos nos sintamos aludidos, que nadie se
sienta discriminado, todos y cada uno somos responsables de lo que pase en la Unellez , sea bueno o no
tan bueno, por lo que para cada uno de sus problemas nos resta es “buscarle una solución”. De los
culpables… se encargará “El tribunal de
la conciencia”. No “se pele” la
problemática en la segunda parte (envíeme su correo). Nos vemos en 7 días.
Autor:
Larris Eduardo Silva Lara. C.I.:
V-5.744.398.
Lcdo. Esp. Educación Técnica Agrop. Ing. Agrónomo. Tasador
Profesional. Consultor Ambiental
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