Defendamos a Cojedes. (sábado,
11/01/14)
EL PEOR DELITO:
<<Un crimen “sin culpable”>>
Estimados amigos(as) “Defensores de la vida y la paz social”, definitivamente como hijos del bien no podemos desmallar ante
el auge desmedido del crimen en Venezuela, “da
pena ajena” lo que refleja y padece nuestra sociedad ante el mundo.
Corresponderá a cada quien repudiar y condenar a esa perversa Inseguridad Personal de todos los compatriotas,
a raíz del crecimiento impune de la Criminalidad , que a
diario deja secuelas dolorosas en seno de honorables familias nativas y
foráneas, signándole como un efecto de la Baja Eficacia , tanto de la
Prevención del Delito, como de la Reprensión Criminal. Esto último, motivado quizá a las poco efectivas Actuaciones Policiales y a la escasa
eficacia de los Procesos Judiciales, para
el encarcelamiento de los autores materiales e intelectuales del crimen… mientras cohabiten ciudadanos de bien,
infiltrados por Criminales impunes, la calle por siempre será “Insegura”.
Ahora
bien, es indispensable que las
autoridades en algunas comunidades realicen iniciativas para afrontar las
condiciones que generan fechorías. Reconociendo que la delincuencia juvenil
como adulta, son producto del hundimiento de las normas sociales tradicionales,
a consecuencia del hacinamiento urbano, la droga, el incremento de la movilidad
física y social, los efectos de las infravivienda y desunión familiar, el
desempleo, el subempleo, la crisis económica, y algo nuevo, la violencia política por la vía de la agresión,
entre otros. Por ello, resulta lógico pensar que una Prevención del Delito efectiva requiere la Separación de Poderes e
Instituciones Técnica-policiales sólidas con asignación de recursos suficientes,
que implanten planes, programas y proyectos que aporten guías de actuación, de control,
de evaluación y de reorientación, realizadas tanto en el plano
teórico, como el que atañe a la tradición, por la familia, por la escuela y por
la fuerza de la costumbre y la convivencia social.
Por otra parte, aunque
se desconocen al “dedillo” las causas del delito. La Teología , afirma que los
crímenes alevosos, están instigados por el demonio, contrarían la ley de dios. Una
teoría biológica afirmaba que los delitos son cometidos por aquellos que nacen
con ciertos rasgos físicos hereditarios reconocibles. Los estudios comparativos
demuestran que no existen los llamados ’tipos
criminales’ con disposición innata para el crimen. Sin embargo, algunos
investigadores siguen manteniendo que ciertas anormalidades en el cerebro y en
el sistema endocrino contribuyen a la actividad delictiva. Otro intento de
explicación es relacionar el comportamiento criminal con el entorno natural y
físico. Importantes criminólogos socialistas, han considerado el delito como efecto
derivado de la pobreza, afirmando que la
criminalidad tiende a aumentar con el desempleo masivo y al agudizarse las
condiciones vitales de la miseria, en especial en los barrios marginados, sin
servicios públicos, alto hacinamiento, la falta de privacidad, sin espacios
adecuados para convivir, carencia de diversión y problemas de sanidad y
drogadicción. Este tipo de condiciones generan sentimientos de necesidad y
desesperación que conducen al crimen como salida. Otros teóricos relacionan la
criminalidad con el impacto desencadenado por las crisis económicas y el
sentimiento generalizado de inseguridad y desprotección derivados de situaciones
de injusticia, de ingobernabilidad, de irrespeto descarado y cotidiano de los Derechos Humanos y de la Impunidad del Crimen. En otras palabras,
cuando una sociedad se vuelve más inestable y sus ciudadanos sufren mayor
angustia y temor ante el futuro, la criminalidad tiende a aumentar… según esto,
“el crimen se convierte en un efecto de un conjunto
plural de convergentes causas biológicas, psicológicas, culturales, económicas,
sociales - y hasta - políticas”.
En resumen, la criminalidad es un efecto,
bien lo dijo Bolívar…”La impunidad de los delitos hacen que estos se cometan
con más frecuencia: al fin llega el caso que el castigo no basta para
reprimirlos”, induce el Libertador que un delito sin culpable será la causa del
crecimiento de la criminalidad, es decir ésta no puede ser reprimida y redimida
hasta que sean arrestados y procesados los criminales. Por ende, el más eficaz
instrumento disuasorio para reprimir la actividad delictiva es la conciencia
del criminal de que si comete un crimen tiene grandes probabilidades de ser identificado,
detenido y sentenciado a una condena escabrosa que supere el placer (o el
negocio) de cometer el delito. En fin, La mayoría de la opinión pública nacional
entiende que, para solucionar el problema de la delincuencia y la alta
criminalidad, es importante el arresto y condena severa de los delincuentes,
por supuesto, con la alternativa de su reinserción en la vida social del país. La Prevención del delito
debe atacar a las citadas Causas Múltiples, por lo que es poco factible
lograrlo con solo un equipo, de excelentes técnicos, hacinados en una “oficina
escueta” de alguna dependencia sin presupuesto, ni vinculación
interinstitucional. Nos vemos el próximo sábado.
Autor: Larris Eduardo Silva Lara. C.I.: V-5.744.398.
Ing. Agrónomo. Lcdo. (Esp.) Educación Técnica.
Tasador Profesional.
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