Diario: “Las Noticias
de Cojedes. 31/01/2015”
Defendamos a Cojedes
ALIMENTOS, MEDICINAS Y CEMENTO… ¡NO
HAY¡
Saludos amigos(as),
“Defensores de la sinceridad”, una virtud desaparecida del comportamiento
natural de los representantes públicos en distintos niveles de gobierno en
Venezuela, desde la más alta cúpula oficial, partiendo de la cumbre de los
poderes Ejecutivos, Legislativo, Judicial
y Moral hasta la más elemental Cámara
Edilicia de la más remota localidad territorial de esta nación. Es decir, la
clase dirigente, es especial los políticos oportunistas de los últimos tiempos,
exceptuando a los líderes decentes con posturas honorables frente al colectivo,
echan por tierra ese valor ético-moral “de
hablar con la verdad por delante”, de ser sinceros y honestos consigo mismo
al mantener un discurso diáfano y congruente apegado a la realidad
socio-política y económica que se percibe - a “simple vista”- y condiciona
la conducta de una gran mayoría de la sociedad nacional. Me refiero a la
respuesta a esta interrogante generalizada en el pueblo venezolano: ¿Porqué hay escasez de productos en este
país tan rico?...
Se han escuchado
réplicas disparatadas, que van desde refutar o negar -a ultranza-, que de
verdad existe escasez o desabastecimiento, aseverando que eso “es un espejismo”… es una ilusión manipulada
por los medios de comunicación, confabulados con extranjeros en contra del
pueblo. Por otra parte, unos cuantos gobernantes aceptan que sí hay escasez,
afirmando que “ Es innegable que existe desabastecimiento de productos de
primera necesidad a lo largo y ancho de todo el país", pero aluden su origen a
diversas causas absurdas, entre los que destacan:
a)
El
aumento sostenido del poder adquisitivo por medio de los distintos
programas sociales Misión en Amor Mayor
(pensión de vejez), Misión hijos de
Venezuela (pensión de alimento por hijos a hogares pobres) y Aumento del
salario mínimo, que según estos demagogos populistas mentirosos “han creado una
presión al mercado de bienes y servicios, influyendo no solo en los niveles de
escasez, sino también en los niveles de inflación”. O sea, “se quiere meter la coba”, que hay tanto real en el bolsillo del
pobre que, hoy por hoy, compran todo por bultos y comen más de tres veces
diarias, por lo que vacían los anaqueles, haciendo subir los precios de los
víveres.
b)
El
estancamiento de la producción nacional, motivado a que los Empresarios
abandonaron el aparato productivo nacional y se han preocupado más por hacer
política de oposición y financiar grupos rivales que a aumentar la capacidad
productiva de sus fábricas. Es decir, “los farsantes” de la política, inculpan
a los dueños de capitales privados, acusándolos de permanecer el mercado
nacional pagando mano de obra, insumos y servicios sin generar ganancias (operando
a pérdida) y además, le señalan de preferir
“apostar” sus fortunas en financiar aspiraciones electorales, a meras de “quedar limpios y endeudados”.
c)
El
control de precios de productos como la carne de res, el
pollo, harina de maíz, azúcar, leche, café, mantequilla, mayonesa, jabón,
detergente, pañales y hasta el papel higiénico han desaparecido de los
anaqueles de los abastos, a causa del acaparamiento de los propios distribuidores
y comerciantes, a costa de su propio perjuicio por no recibir ingresos
en sus negocios. Cosa más rara, ya que más del 55% de dichas cadenas de
transformación y distribución está en manos del gobierno expendidos por Mercado
Bicentenario, CASA, Mercal y Pdval,
cuyos anaqueles también “están escuálidos” y -lo que sí hay- son “colas
arrechísimas”..
La verdad verdadera “sin mentira ninguna”, es que existe “una mafia guapa y apoyada” que viene manipulando
intrarégimen argucias imperecederas, en perjuicio mismo de su propia credibilidad,
ante el sector popular que le dio respaldo electoral, pero que ahora lo
rechaza, por sentir en su bolsillo y propio estómago los desastres de una
pésima gestión de gobierno, que siendo tan evidentes jamás podrá esconderse con
excusas, embustes y “cuentos de camino”.
El pueblo sabe que Venezuela no produce suficiente, más del 90% de lo consumido
lo importamos: la carne, el pollo, la harina, los granos y hasta el “cafecito mañanero” vienen de afuera. Culpar
al contrabando de extracción es una contrariedad que raya con la ficción. La escasez y la inflación no se acabarán con
racionamiento, controles y “cacerías de brujas”, sino con una política de
confianza, estímulos, apoyo y respeto al productor nacional.
En resumen, si lo dicho por los
fantasiosos fuese cierto, entonces las bodegas del gobierno estarían
abarrotadas de productos hechos en Venezuela y otros importados; las farmacias
surtidas de medicamentos de todas las marcas y la ferreterías hasta los
“teque-teque” de materiales de construcción. En fin, en vez de meter embustes,
los entes oficiales le mostrarían al pueblo los resultados del Modelo Productivo Socialista en: Centros Endógenos, Cooperativas
Agropecuarias, los Fundos Zamoranos, Colectivos y Empresas Campesinas Agrícolas
que desde el año 2001 fueron vaticinadas para cubrir la demanda alimentaria
nacional… ¿Será que la susodicha “mafia”,
hizo como el “Barbarazo”… ¡también se las comió¡?. Hasta la próxima semana.
Autor: Larris Eduardo Silva Lara. C.I.: V-5.744.398. Telf. 0414-579.69.81
Lcdo. Esp. Educación Técnica.
Agropecuaria. Ing. Agrónomo. Tasador Profesional.
E-mail:
larris_silva@hormail.com. Twitter: @larris_silva. Blog:
http://larrissilva.blogspot.com